martes, 31 de diciembre de 2013

Cinematographic: Frozen, El Reino del Hielo

¡Sorpresaaaa! Primera reseña conjunta del blog, en la que os vamos a contar, tanto nuestro novedoso colaborador, ManuGuisa, como yo, la última película que fuimos a ver juntos: ¡Frozen, El reino del hielo! Esperamos que os guste ;)

¡Adiós, 2013!: Top mejores y peores lecturas del año

¡Hola, lectores! Sí, matadme que me lo merezco: no he publicado nada desde noviembre, y el famoso Crossover Challenge... Lo estoy escribiendo, de verdad, pero no está siendo tan fácil como imaginaba. OS PROMETO que aparecerá, aunque me temo que con un retrasillo importante.
¡Pero no hablemos ahora de eso, que estamos de fiestas y sólo falta que venga yo a amargarlas! Quería desearos unas felices Navidades y un muy próspero Año Nuevo, en el que os sonría la fortuna (leprechaunMODEon), os den muchos regalitos, leáis mucho y sigáis pasando por aquí y dejando vuestros muy bienvenidos comentarios (aunque yo tarde un mes en responderlos -.-).




Y aprovechando tan señalada fecha, hoy todos los blogs literarios nos enseñan sus mejores y, por lástima, peores, lecturas de este año que ya se acaba. Como yo no voy a ser menos, aquí tenéis lo más y lo menos del pasado 2013 (he de decir que mi memoria pez hace que me haya olvidado de la mayoría de libros que he leído, así que no me lo tengáis en cuenta por favor :))

MEJORES LECTURAS DEL AÑO 

En primerísimo primer lugar....

1. BAJO LA MISMA ESTRELLA, de JOHN GREEN

John Green se ha convertido en mi nuevo superhéroe favorito. "Absolutamente genial", dice la portada; desde luego, hay que ser un genio para escribir algo tan increíble como "Bajo la misma estrella" la cual, con la agridulce historia de Hazel y Augustus, se ha convertido en mi lectura favorita de este año y, probablemente, de los próximos también.

2. Saga "CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO", de GEORGE R. R. MARTIN


Aún por terminar de leer Danza de dragones, la saga (de la cual no puedo elegir un libro favorito porque todos son sencillamente sensacionales), se corona como una de las mejores elecciones de 2013. Las intrigas por el trono de Poniente, las batallas entre Casas y todo aquello que sucede más allá de los Siete Reinos, me ha encandilado.

3. LAS VENTAJAS DE SER UN MARGINADO, de STEPHEN CHBOSKY


Mi primera lectura del año y, hasta agosto, mi preferida. Ambos libro y película son sensacionales, y la historia de Charlie, además de desprender una ternura de la que es imposible no enamorarse, es probablemente lo mejor que tenemos hoy en día los adolescentes para comprender a uno de nuestros grandes enemigos: la adolescencia. Increíble.


4. MARCA DE NACIMIENTO, de CARAGH M. O'BRIEN


Quizás no tan profundo como los anteriores, ni con un mensaje de los que te marcan, pero, de todas maneras, la originalidad y... vamos a llamarlo "veracidad" (esa sensación de que los personajes son realistas, la situación podría tener lugar...) me encantó. Una de las distopías mejor llevadas que os podéis encontrar, con una decente protagonista y, sobretodo, un objeto amoroso del que DE VERDAD te enamoras.


5. UNA VACANTE IMPREVISTA, de J.K. ROWLING


Qué grande es Rowling. Después de acabar con la saga de mi infancia (y de la de la mayoría de personas, a decir verdad), nos trajo esta gran obra, algo más compleja, totalmente realista, llena de personajes fácilmente identificables, que te hará llorar, reír, y encontrar el absurdo en una sociedad que cree que, su pequeño mundo, sólo aquello que los rodea, es el Universo entero.


Pero, con gran pesar, he de decir que no todo en 2013 ha sido tan bueno. Aquí lo peor del año:

Indiscutible campeona....

1. LA SELECCIÓN, de KIERA CASS


Cuántas esperanzas vanas en este libro, cuya preciosa portada me engañó a mí, y a un buen puñado de lectores. Detrás el maravilloso vestido azul, nos encontramos con una protagonista que no es más que una niña TONTA hasta decir basta, con un triángulo amoroso totalmente irreal, y una sociedad bastante mal construida. Todo ello en 235 páginas totalmente carentes de acción.
Sin embargo, sí que he de decir que me dejó con ganas de "Élite", su segunda parte.


2. FIRELIGHT, de SOPHIE JORDAN


Me lo regaló una amiga por mi cumpleaños, diciéndome que era de los que más le habían gustado en los últimos meses. Parece que toda la blogosfera es de la misma opinión y yo sigo preguntándome, ¿POR QUÉ?
Una protagonista reiterativa, un final que se veía venir desde mitad del libro, una mención a los dragones y el mundo de las criaturas "protagonistas" (los drakis), muy buena pero sinceramente desaprovechada, y un entorno de instituto que cumple absolutamente TODOS los clichés del mundo americano. ¿Algo más que añadir a la lista de tópicos? ¡Ah, sí! Triángulo amoroso y él se llama Will, para darle originalidad.


3. TRES SOMBREROS DE COPA, de MGUEL MIHURA


Lectura obligatoria del colegio; ya empezamos mal. Admito que miro con asco a estos libros antes siquiera de abrirlos; pero es que además, yo no me doy PARA NADA al humor absurdo, y en la obra teatral de Miguel Mihura no te encuentras otra cosa. Una trama demasiado inocente para mi gusto, que puede considerarse un grande del humor español, pero que a mí solo me hace fruncir el ceño, y que, añadiendo que yo me tenía que parar a tomar notas para el examen cada dos por tres, se me hizo pesadísimo.


4. EL MISTERIO VELÁZQUEZ, de ELIACER CANSINO


Otra lectura obligatoria, aunque esta fue algo más entretenida; de hecho, al principio me gustó bastante, pero luego la historia empezó a tornarse pesada, repetitiva, y metieron de por medio una intrigación demoníaca que, sinceramente, ni se explicaba como debiera ni venía a cuento, que lo terminó de estropear. Meh, cosas peores me han mandado, pero en un año bastante positivo en novelas, esta es de las que menos me han gustado.


5. JUNTOS: CAMINOS CRUZADOS, de ALLY CONDIE


No me lo terminé, y lo siento por los numerosos fans de la saga, pero tanto rollo de "echo de menos a Ky", "echo de menos a Cassia", me pudo. Poco más que decir, algo decepcionante, aunque visto que el primero ya me costó, tampoco me sorprendí.


¡Y hasta aquí el resumen del año! Siento haber estado tan ausente durante este mes y la primera mitad del año, pero espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo :D. ¡Un besazo!

PD: Para el año que viene tengo como propósitos apuntarme a algún reto y llevar un recuento de mis lecturas, a ver cuánto puedo leer en un año ^^


viernes, 6 de diciembre de 2013

Christmas is coming!

¡Hola, lectores! Bueno, pues así brevemente, que esta entrada debió publicar hace algo así como una semana, y yo hoy me he dado cuenta de que no estaba, así que la dejo ahora :).

El caso es que, como todos sabéis, se acercan esas fechas tan maravillosas denominadas Navidades, en las que comemos turrón hasta hartarnos, cantamos villancicos desafinados, nos echan la bronca los vecinos de arriba porque no dejamos dormir a las niñas, etcétera, etcétera, etcétera. Pero además, tiene lugar uno de mis momentos favoritos del año: el de los regalos :D.

Y como este año no tengo demasiado claro qué voy a pedir, y si no pido nada los Reyes y Papá Noeles varios se lían a libros que:
1. Resultan dejar bastante que desear (es decir, son una mierda).
2. Ya me he leído
3. Tiran más a infantil que a juvenil
4. El mensaje subliminal preferido de mi padre Están en inglés
He decidido que este año a mi carta, le voy a adjuntar una lista con libros "por si hace falta rellenar un hueco".
Pero como tampoco voy demasiado al día de cuáles son las mejores novedades últimamente, no tengo muchos libros en la lista. Por ahora llevo estos:
-Eleanor & Park, de Rainbow Cowell
-Prometidos, Caragh M. O’Brien
-Fulminado por un rayo, Chris Colfer
-Un beso en París, Stephanie Perkins
-Looking for Alaska, John Green
-Despierta al amanecer, C.C. Hunter

A vosotros, ¿se os ocurre alguno más? ¿Tenéis una recomendación que me queráis transmitir? ¿Borraríais alguno de la lista? ¡Por favor, necesito ayuda! Si se os ocurre cualquier cosa, agradecería un comentarito en la entrada :D

Dicho lo cual, ¡un beso!

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Lloviendo.

Hola, me presento. Soy Manuel, y como gran amigo de Dillaardi (que me ha propuesto colaborar con ella en este blog), pienso publicar de vez en cuando historias que escriba o ayudarla con sus Top Ten Tuesday y sus geniales Cinematographics.

Aquí os dejo el primer capítulo de una historia que se me ocurrió de pronto mientras andaba por la playa, este verano. Si os gusta, no dudéis en ponernos un comentario, que ayudará a que siga escribiendo. Gracias :)



-------------------------------------------------------------



Capítulo 1. Lloviendo


El suave roce del viento contra las finas hojas del sauce situado tras la caseta de campo de mis abuelos, las estrellas de aquel cielo cubierto de negro y el dulce y afectivo abrazo de ese hombre en que tantas veces me había apoyado, hacían de esa noche algo que nunca olvidaría. Quizá fuera porque nunca volvería a verle. Puede que simplemente fuera por lo bonito del momento o quizás sólo me quería agarrar a ese recuerdo como aquel en que todo iba genial.
Estábamos sentados bajo el enorme árbol, mi abuelo lloraba y a pesar de mis grandes intentos por no entristecerle más, no podía evitar soltar una o dos lágrimas. Él me estaba recordando que no aguantaría mucho más tal como vivía. A partir del parkinson que le diagnosticaron hace unos 44 años, cuando tenía 29, su historia había empezado a destruirse.
Yo no le conozco en esos años de jovialidad y juventud, sólo tras su enfermedad. Siempre ha sido una persona fuerte que más que recibir, ha prestado ayuda a todo a quien amaba.Yo era uno de esos y, sinceramente, no imaginaba un futuro sin mi abuelo.

En el oscuro firmamento se vislumbraban ya algunas nubes que traían de compañeras diminutas pero contundentes gotitas de agua.
- ¡Joseph, Gordon, entrad a casa! - gritó la bajita y regordeta figura de la abuela Cass desde la ventana.
Cassi, como la llamaba yo, escondía un buen corazón bajo sus pieles arrugadas, pero nadie podía negar su fuerte genio.
Gordon y yo pasamos a la choza tras limpiar y secar los pies con el felpudo que la propia Cassi había cosido. El recibidor era ancho y daba sitio a un amplio salón con varios cuadros que mi madre pintaba de niña y que ellos habían colgado. La verdad, la casa era pequeña, pero tremendamente acogedora.
Mientras la anciana preparaba té, el abuelo restregó la manga de su abrigo azul por la cara para que su mujer no se percatara de su anterior llanto. Yo imité su gesto, y después, Cass nos sentó en los sillones del comedor y nos acercó la bebida.
- ¡Cuidado Josh! ¡Te puedes abrasar!
Si, casi todos me llamaban Josh: mis padres, mis amigos, y de vez en cuando mis viejos Cassi y Gordon.
- Claro abuela, soplar y dejar reposar, soplar y reposar...
- Y beber - concluyó el otro dando el primer sorbo torpemente.
- Y beber, claro - dijo ella dando a entender que ya podía probarlo, así que así hice.
La enfermedad le impedía al abuelo agarrar de forma firme la taza, que temblaba derramando algo de líquido mientras los otros dos presentes le mirábamos de reojo intentando no incomodarle, pero se enteraba, y su frustración era evidente. Nadie quiere ser el centro de atención por no poder hacer cosas con normalidad.
A decir verdad, yo no le observaba disgustado o molesto, como a veces él pensaba, sólo lo hacía para asegurarme de que no fuera a más y ayudarlo en caso de que eso ocurriera.
- Está delicioso - musité. - El té.
- No, sabe a pis - refutó Gordon provocandome risa.
- Ay, ¡tu siempre tan fino!
No pude evitar reírme más, lo que provocó que la abuela siguiera con su discurso:
- Está perfectamente preparado e incluso lo he dejado reposar más porque tardabais...- se paró en seco, me miró la sonrisa y ella tampoco pudo evitarlo.- ¿Tan malo tan malo? -dijo entre arruguitas provocadas por la risa.
- Cass, dedícate a las galletitas de mantequilla.
Aquel comentario de mi abuelo desencadenó un caos de irrisorio entre los tres, tanto que la caseta de madera casi crujía.
Estos momentos compensaban sin duda las lágrimas anteriores.
Aunque se chinchaban entre ellos, podía palparse el cariño que se tenían, y yo los contemplaba orgulloso de lo increíbles que eran.
Las gotitas se habían transformado en gotazas y los truenos se unieron al escándalo que teníamos montado. El abuelo, en un intento por levantarse del sillón, dejó de reír, y con su vaso en mano, se acercó a la ventana.
-Está lloviendo.- dijo, mientras miraba fijamente como el agua recorría el cristal, como las gotas hacían carreras por llegar antes al suelo.
Me acerque a él y le abracé el hombro con el brazo.
- Se aproxima una tormenta.
De repente se asomó un relámpago por la ventana que cegó la sala de intensa luz.
«¡CRUSH!» se escuchó.
El tembleque había terminado. Sorprendido, miré abajo y vi los trozos de cerámica esparcidos por la habitación. Al viejo Gordon se le había caído la taza al suelo. La abuela corrió a por un recogedor y él, quitándome la mano de si, anduvo como pudo hasta su cuarto, donde se encerró. Cassi me hizo una mueca de preocupación indicándome que debía ir a hablarle.
El abuelo era muy propenso a tensarse cuando este tipo de accidentes ocurrían. De verdad le jodía ser "especial", "especial" en el sentido malo de la palabra; así que supuse que era lo mejor, supuse que se relajaría estando conmigo.
Llegué a su habitación en un momento, y toqué su puerta.
- Abuelo...- esperé a su respuesta.- Abuelo...
No contestaba.
- ¿Puedo pasar?
No escuché palabra alguna y me comencé a preocupar.
Me quedé frente a su puerta, frustrado. A Gordon no le gustaba que entraran sin su permiso, pero consideraba que debía hacerlo, por su propio bien.
Así, abrí la puerta y lo encontré sentado en una antigua y roída mecedora, mirando la lluvia de nuevo.
Me acerqué más y pude ver como sus ojos marinos se habían enrojecido. Todo su cuerpo se movía levemente a pesar de sus esfuerzos por dejarlo fijo.
Me senté en su cama, cercano a él, suspiré de manera profunda para contenerme y le miré directamente. Él cruzó la mirada y abrió lentamente la boca con la intención de decirme algo.
- ¿Tienes novia? - soltó de pronto.
- No, la verdad...no.
- ¿Y eso te preocupa? - preguntó.
- ¿Debería preocuparme abuelo?
- No, nunca, cuando encuentres a la mujer de tu vida te darás cuenta, chico. Yo no pude equivocarme cuando vi a tu abuela en ese vestido blanco, columpiándose allí -señaló el parque que se veía desde el ventanal, el verdoso parque de casa - riéndose con sus amigas. Entonces se giró y me hechizó con sus preciosos ojos y su cabello dorado. Supe que la querría siempre, y aquí sigue, vistiéndome cuando yo no puedo, apoyándome en todo momento, preparando un té asqueroso...- Reímos los dos.- Es lo mejor que tengo, junto contigo y tu madre.
- Vosotros sois lo mejor que tengo - le respondí.
Entonces sonrió torcidamente y me abrazó.
- Ya me voy a acostar, Joseph, mañana nos veremos.
- Y no nos veremos más en mucho tiempo, creo.
Hablé más alto de lo que me habría gustado, porque, realmente, era un pensamiento para mi mismo.
- Volveré para visitaros.- aseguró él. Después agarró mi bícep como si fuera un bastón para levantarse del asiento, me besó la frente y no me dejó si quiera responderle. Se tumbó en el camastro, agarró su almohada y murmuró un "buenas noches". Debía descansar así que no le molesté más.
Salí de la habitación y me topé con Cassi. Le dije que el abuelo estaba bien, y que ya había caído dormido. Ella me apretó los dedos y me besó en la mejilla.
- Gracias- dijo.
Pude notar la calidez de su voz y los pocos reflejos rubios de los que Gordon me había hablado y que asomaban en su pelo adornándolo. En sus tiempos la abuela debía ser una belleza, y a pesar de su mal humor, era una mujer excepcional. Comprendí las palabras del abuelo aquella noche.
Cass entrecerró sus ojos y arrugó la nariz como signo de alegría. Tras ello y otro beso de pasillo, se alejo hacia su cuarto para entrar en su sueño.
Yo hice igual.
Estaba tumbado en mi cama, sin conseguir dormirme, acurrucado con un cojín mullido sobre mi pecho. Pensaba en silencio. Pensaba en mis abuelos. Pensaba en mis padres, a los que no veía desde principios de verano. Pensaba en los amigos de la ciudad, que no me habían escrito ni un sólo mensaje en las vacaciones. Pensaba en los amigos del campo: en Cole, en Morgan, Elizabeth... Amigos de la familia Moranda, de parte de madre.
Cole era un chaval rubio, un poco más alto que yo, seguramente porque me sacaba dos años. Ojos azules, fuerte, el típico que gusta a todas las tías. Él me demostró qué significa la amistad. Un día en el lago, a mediados de julio, tras unas 2 horas subiendo la montaña, decidimos darnos un baño. Allí había estrechas y bajas cascadas de un agua cristalina y a decir verdad, casi gélida, y una liana desde donde nos tirábamos y caíamos. Eran ratos de chicos muy entretenidos, fantásticos. Pero aquel día cuando tocó mí turno de saltar, la liana se rompió y en vez de aterrizar en la charca tropecé con una roca. Me desmayé y cuando desperté me encontraba en la mesa del comedor de Cole. Mi pierna y mi brazo escayolados. Su padre era médico y siempre llevaba su equipo encima. Él mismo me explicó que su hijo había cargado con mi cuerpo casi 3 horas y había ayudado en la operación. Desde entonces quedábamos cada día y aún por entonces bromeaba con el tema de mi pata-coja.
Morgan, aún teniendo el pelo castaño y una pequeña estatura, se la reconocía enseguida como hermana de Cole. Esos ojos cian eran demasiado característicos en su familia. Con sus dieciséis era de mi misma edad. De hecho, ella tiene dieciséis y tres cuartos, y yo dieciséis cumplidos hace dos semanas, pero nos entendíamos bien.
Elizabeth... era un caso aparte. Me provocaba confusión pensar en ella, no me gustaba hacerlo. Quizá fuera porque le tenía demasiado cariño y no quería estar con ella dado que sólo la vería dos meses al año. Pero, en fin, ni siquiera podía asegurar que aquello se tratase de algo recíproco.
Cogí mi cámara y ojeé las fotografías que había conseguido hacer este verano. Recordando a estas personas sin duda se me había ido el sueño. Ay, mi preciosa Nikon, mi más querido tesoro. Rectifiqué dentro de mi. Mi más querido tesoro (material).
Cada foto que pasaba era un momento que había vivido. Yo tomaba especial importancia al saber captar la esencia del tiempo y el lugar de la imagen, y desde luego lo lograba. Podía volver al instante exacto cuando fueron realizadas, hasta vi una con mi famosa pierna palo, cojeando, y sentí dolor de nuevo.
De pronto mi reloj se iluminó de un tono amarillo fluorescente. Marcaba la una. Era la alarma para saber cuando debía dormirme, porque sino podía pasar la noche desvelado. Hice un esfuerzo por dejarme atrapar por los brazos de Morfeo, y, según recuerdo, funcionó.

A la mañana siguiente amanecí con los gritos de mi abuela. «¡VAMOS, QUE NO LLEGAMOS!». Por la ventana asomaba un cielo nublado y con deseo de continuar el chaparrón de anoche. Hoy era el día de vuelta a la ciudad, la última mañana de verano que viviría hasta dentro de un largo año. Sin embargo, no estaba deprimido, un poco nervioso más bien. Las razones eras obvias: nuevo curso, nuevos compañeros. Nueva vida al fin y al cabo.
Bajé perezosamente de la cama buscando mis antiguas y embarradas deportivas. Cassi organizaba mi maleta.
- Espera abuela, ya lo hago yo.
Puso los ojos en blanco y pasó la mano por la frente.
- Joseph, ¡menos mal que te levantas! Tus padres vienen a recogerte en treinta minutos.- me explicó - Sigue tú, yo voy a hacer el desayuno.
Obedecí.
Tras unos cinco interminables minutos pude arreglar el estropicio en que se había transformado mi equipaje tras dos meses de desorden y suciedad veraniegos.
El desayuno consistió en huevos revueltos, bacon, tortitas con caramelo y nata y una buena ración de patatas fritas bien fritas. Lo peor es que ni siquiera llegué a llenarme, pero bueno, vivo en America, ¿no? Típico.
Escuché el picaporte de la entrada y mis ojos se llenaron de destellos. Les oía saludando a mis abuelos. Eran ellos. Corrí a la puerta.
- ¡¡¡Joseeeeph!!! - gritó entusiasmada mi madre mientras nos abrazábamos. Podía oler en su cuello el perfume que tanto me gustaba.
Vi a mi padre detrás.
- ¡Papá! - dije. Él mostró su sonrisa de oreja a oreja y me recibió con un beso en la frente.
- ¿Qué tal hijo?
- Perfecto - miré a Gordon y a Cassi - aquí mis abuelitos me han hecho pasar un verano perfecto.
Todos se alegraron y sonrieron. Mamá me acariciaba el hombro y papá no paraba de mirarme.
- Joder Josh, como has crecido - me susurró.
El sol desapareció totalmente mientras charlábamos en el porche y las nubes se hicieron más y más grandes hasta que no pudieron contener las miles de, como Morgan las llamaba, "lágrimas celestiales".
- Está lloviendo.- murmuró el abuelo.
Lloviendo, pensé. Lloviendo un mar de alegrías y tristezas juntas. Agua salada y agua dulce, pero lloviendo. Lloviendo despedidas y nuevos comienzos. Lloviendo hijos y nietos y padres y abuelos. Lloviendo amor.
Cassi me deseó una feliz vuelta a casa  y Gordon hizo un guiño de aceptación. Este pueblecito de Maryland había sido mi hogar y echaría de menos todo: las caminatas por la montaña, los días en el mercado, hacer de cocinitas con mi abuela, charlar con mi viejo... hasta respirar el aire de este sitio, que me daba... ¡vaya! me daba felicidad.



lunes, 2 de diciembre de 2013

Pausa Musical #27

¡Hola, lectores! Bueno, esta es mi primera entrada en el blog, pero luego pondré otra con más detalle sobre mí. 

Ahora sólo os quiero dejar con esta genial canción de Queen, del año 1981, que descubrí a través de la película "Una historia casi divertida". (Emma Roberts sale guapísima) 
La escena en la que aparece es brutal, la canción es brutal y... ¿qué decir de la película? Os la recomiendo.



                                                                          




Señoras y señores: ¡les presento a nuestro nuevo colaborador!

¡Hola lectores! Pues eso, que he encontrado un ratillo entre las listas de vocabulario, los ovoides y el análisis de las palabras para escribiros una feliz entrada informativa. Y es que...

¡TENEMOS UN NUEVO COLABORADOR!

Con todos ustedes, aquí está.... ¡ManuGuisa!

Mi foto


Bueno, como es bastante rancio xD no quiere decirnos nada, pero seguro que en breves instantes os dedica alguna entradita él mismo :D. No, es broma, seguro que os caerá tan bien como a mí y, si después de doce años de una amistad... un tanto extraña seguimos el uno al lado del otro, doy por sentado de que vosotros también le acabaréis aguantando ;).

Espero que os guste mucho lo que escriba, que le déis una cálida acogida y blablabla. ¡Un besazo, y me despido!